Los trabajadores del Grupo Unidad Editorial -que edita El Mundo, Marca, Expansión, Telva y otras revistas- han rechazado en votación secreta en urna el preacuerdo de recortes salariales y bajas voluntarias que había alcanzado la empresa con los representantes de la plantilla, en julio pasado.

La compañía italiana Rizolli Corriere della Sera Mediagroup (RCS), propietaria de este grupo de comunicación español, exigía esos recortes -para aplicarlos desde el 1 de septiembre septiembre al 31 de diciembre de 2013- como condición para hacer efectiva la ampliación de capital de 400 millones de euros que aprobó antes del verano.

Aunque en el preacuerdo negociado en julio se rebajó notablemente la propuesta de recortes que había planteado la empresa, una parte de los trabajadores del grupo ha querido expresar con su voto negativo su malestar por los recortes que les están aplicando desde 2009 al mismo tiempo se ven obligados a trabajar más por la puesta en marcha de nuevos productos y por la reducción de plantilla como consecuencia de dos expedientes de reducción de empleo y despidos individuales. Hace cinco años el Grupo Unidad Editorial contaba con 2.200 trabajadores y la plantilla actual es de 1.464 personas.

En las votaciones, celebradas durante el miércoles 4 de septiembre en la sede central de Madrid y las distintas delegaciones de El Mundo, han participado 1.071 personas (73%). Ha habido 473 votos a favor del preacuerdo (44,16%), 518 en contra (48,37%), 79 en blanco (7,38% y uno nulo (0,09%). En consecuencia, el preacuerdo ha sido rechazado por el escaso margen de 45 votos.

Este rechazo ha provocado preocupación en la cúpula directiva del grupo en Madrid, que se reunió con urgencia la misma noche del miércoles, tras conocer el resultado de la votación, para estudiar la situación y empezar a ver cómo actuar a partir de ahora.

Los comités de empresa y delegados de personal del Grupo -de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) y CCOO- están a la espera de lo que decida la empresa ahora. Esos representantes de la plantilla confían en que, tras este resultado, la compañía no lleve a cabo ninguna medida drástica, ni siquiera aunque lo permita la ley, porque eso provocaría un clima de tensión y malestar que sería muy negativo para el trabajo y para sacar adelante las distintas publicaciones que edita el grupo con la calidad necesaria.