Es legítimo preguntarse por qué parar y con qué objetivos. Nosotros pensamos que sobran, y si la protesta se hace de forma proporcionada, como es el caso, sirve para dar un toque de atención a quien en teoría es nuestra patronal, el Parlament, a pesar de que en la práctica es el Gobierno.

Porque además de la eliminación y el retorno del recorte salarial del 5% (RAV), y de la estabilidad laboral que asegura un convenio, hay aspectos urgentes, como la necesidad de recuperar la contratación de personal para poder hacer bien nuestro trabajo.

O suficientemente importantes como el intento de imposición del traslado de gran parte de Catalunya Radio a Sant Joan Despí, de enorme impacto económico, que no quieren negociar, que quieren imponer cuando todavía no han definido todos los aspectos del proyecto de confluencia de redacciones, y cuando uno de los argumentos de Duart y del Gobierno es que no hay presupuesto para devolvernos lo qué nos deben.

Y es que desde que sufrimos el nuevo Consejo de Gobierno de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) formado el 2012, surgido de la contrarreforma votada por CiU y el PP, hemos salido a susto por año: el ERE en 2013, la pérdida de convenio y amenaza de nuevo recorte salarial en 2014, y ahora el mantenimiento del RAV y el proyecto «sí o si» de unificación física de redacciones de informativos y de deportes, sin un proyecto de futuro claro y definido.

Por eso hay motivos para quejarnos, y para hacer llegar a la ciudadanía y a los grupos políticos que no podemos seguir con esta dirección, que nos lleva a nuevos conflictos que perjudicará a todas las partes.

Y la manera más clara de pasar página es reclamar al Parlament que retome las tareas de la ponencia conjunta de reforma audiovisual, en la que comparecieron los representantes laborales y profesionales de los trabajadores de la CCMA. Que como la inmensa mayoría del sector, defendieron criterios de independencia y neutralidad, a partir de mayorías cualificadas, en la elección de los directivos de la Corporación y de sus medios para que sean más representativos de la sociedad a la qué, como medio público, nos debemos.

Si el Parlamento es nuestra patronal, ¡que escuche!

Sant Joan Despí, 8 de mayo de 2015